¿Compartimos? del verbo compartir

¡Ya estamos otra vez!

Si ya la tuvimos con los archivos compartidos en la red (los usuarios intercambian archivos de fotos, películas, etc. a través de plataformas y webs) ahora la polémica viene de aquellos que nos estamos acostumbrando a compartir el coche y los gastos.

Estos días los taxistas huelgan para que se prohíba o restrinja la plataforma UBER (Google) que facilita por geolocalización que encontremos quien está cerca y viaja en nuestra misma dirección para que contactemos y compartamos el viaje. También está en el punto de mira la web www.blablacar.com

Imagino que los lobbys de presión de las compañías de transporte están haciendo su labor frente a los ministerios del ramo para que endurezcan su postura frente a estas nuevas formas de viajar. Por ello se ha apresurado la ministra a decir que ya está previsto en la actual legislación las multas a los usuarios implicados.

Cierto es que viajar en transporte público tiene unas ventajas de seguridad y control administrativo que dan cierta garantía al ciudadano pero, ¿cómo impedir que dos personas se pongan de acuerdo para compartir el coche y el gasto de gasolina?

Aquí el Gobierno se salta las indicaciones generales sobre promover el uso del vehículo entre varios para favorecer lo que parece que es una medida recaudatoria (está claro que no hay impuestos que recaudar en el pago entre particulares).

En fin, una nueva polémica está servida, cómo, o cuándo acabará está por ver.