Un pagaré; ¿Debo aceptarlo? ¿Como cobrar un pagaré?

Un pagaré, pese a ser un instrumento con muchos años de existencia, con las dificultades económicas de estos últimos años, está alcanzando una gran relevancia en el tráfico mercantil de hoy día; tanto que merece la pena que nos detengamos unos instantes en analizar qué riesgos corremos cuando un cliente nos ofrece un pagaré como medio de pago.

¿Qué es un pagaré?

Un pagaré no es un medio de pago, sino una promesa de pago. El emisor de pago se compromete a pagar una cantidad cierta en una fecha determinada. Y, como promesa que es, puede cumplirse o no.

¿Por qué interesa a nuestros clientes provocar que tengamos que cobrar un pagaré?

En algunos casos, cuando una parte asume un compromiso de pago futuro entrega a la otra parte un pagaré, para que la otra parte pueda gestionarlo y cobrar la cantidad estipulada en el momento acordado.

Sin embargo, muchas empresas o autónomos suelen recurrir al pagaré porque en el momento de pagar una obligación no disponen de efectivo suficiente. Por tanto, llegan a un acuerdo para aplazar (y fraccionar, en muchas ocasiones), el importe adeudado. La ventaja es obvia para el deudor: ya que no realiza ningún desembolso de dinero y se le concede un aplazamiento de una deuda. El problema es que, llegado el momento del vencimiento del pagaré, nuestro deudor siga sin tener dinero para pagar.

Qué implica aceptar un pagaré

Aceptar un pagaré como medio de pago implica:

–          Mostrar conformidad con la fecha indicada en el documento.

–          Tener que hacer gestiones para su cobro (custodiar el pagaré y llevarlo a la oficina bancaria)

–          Asumir gastos por la gestión de cobro del pagaré (los bancos suelen cargarnos comisiones cuando ingresamos un pagaré)

–          Asumir que el cliente pueda devolver el pago. Ya que los pagarés suelen cobrarse mediante un abono en cuenta bancaria y no en efectivo, el pago puede anularse por falta de fondos o por orden del cliente.

Gastos de gestión y de devolución

Son uno de los grandes problemas de aceptar un pagaré. Las entidades bancarias cobran un comisión por gestionar el pago de un pagaré (esto es, cuando llevamos un pagaré a nuestra oficina para que nos lo ingresen en cuenta).

Pero además, si cuando ingresamos el pagaré, el deudor no dispone de fondos suficientes, o si da orden de anular el pago, además de cancelarse el pago, el banco volverá a cobrarnos una comisión, que suele ser bastante elevada.

La situación puede ser todavía peor, porque si sacas de la cuenta el dinero recibido y sufres una anulación del pago con posterioridad, puedes quedar en descubierto, asumiendo las comisiones de descubierto, además de la de gestión del pago devolución y devolución de un efecto.

Por consiguiente, debemos tener en cuenta que cuando nos dan un pagaré corremos el riesgo de perder dinero en lugar de ingresarlo.

 

Cobrar un pagaré en efectivo

Es complicado cobrar un pagaré en efectivo. En primer lugar:

  1. implica desplazarse a la misma oficina que ha emitido el pagaré (que puede estar a muchos kilómetros de distancia).
  2. Implica, además, gestionarlo con esa oficina bancaria (que se encargará de poner cuantos inconvenientes pueda y aconsejarnos que lo ingresemos en cuenta).
  3. Se necesita, además, que el deudor tenga fondos suficientes en su cuenta.
  4. Por último, el cobro en efectivo en nombre de una persona jurídica pueda presentar dificultades (ya que habrá que aportar poderes bastantes para recibir el pago).

Reclamar el pago judicialmente

Tener un pagaré de un deudor tiene una ventaja importante respecto a no tenerlo: si el deudor no paga, existe un procedimiento judicial (el procedimiento cambiario) para reclamar el pago sin tener que demostrar que existe la deuda. Si no tuviésemos el pagaré, deberíamos demostrar en el juzgado que la deuda que reclamamos efectivamente existe, paso que nos ahorramos al aportar el pagaré.

No obstante, para poder iniciar este procedimiento necesitamos llevarlo al banco o a una notaría para probar que se ha intentado cobrar y no ha sido posible, lo que implica asumir los costes de gestión y devolución, o los costes de protesto.

Endosar el pagaré a alguna agencia de cobros

Es una opción muy publicitada en medios de comunicación: llevamos un pagaré a una agencia de cobros, recibimos un dinero y ellos se quedan con el pagaré. El inconveniente es la letra pequeña: hay que ver si aceptan el pagaré en concreto, qué porcentaje del total nos pagan, y qué ocurre si no consiguen cobrar el importe del pagaré.

Y tú, ¿has tenido problemas con algún pagaré?